22 abril 2013

El amor en los tiempos de indiferencia.







Estaba en clase de Literatura Latinoamericana del Siglo XIX tratando de ponerle atención a la exposición de la obra María que estaba presentando mi compañera brasileña –cosa difícil ya que su español de tres pesos era terrible de entender– cuando de repente un compañero de clase me dio un pedazo de papel.

«¿Para quién es?» le pregunté. 

«Para ti»

Lo abrí y decía esto en letras grandes: “ME GUSTAS.”
No sabía si era broma, por lo tanto tomé mi pluma y le respondí:

“JAJAJAJA no sé qué decirte.”

“Deja que tu corazón hable.”

“¿Y qué pasa si no tengo corazón?”

“¡UUUUUUY! Pues en ese caso, te regalo el mío.”

“Jajajaja no me gusta aceptar corazones ajenos, no sé, es raro.”

Así terminó la conversación. Pude ver la cara que puso cuando lo leyó. Dejó el papel a un lado y siguió prestando atención a la clase, y yo me sentí muy mal.
Así se vive el amor en los tiempos de indiferencia.

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